¿En qué consiste el coma?
El coma es una situación en la que en el estado de alerta del cuerpo se daña. Si lo piensa, nuestro organismo permanece permanentemente en estado de alerta, está despierto para captar todo lo que nos rodea, y en casos de agresiones o ataques externos, responder adecuadamente. Cuando dormimos ese estado este semi-apagado, pero basta con que nos toquen o hablen, para que despertemos. Eso no sucede así en los enfermos que están en coma. Ese sistema de alerta lo forman muchas neuronas que tenemos en el cerebro, unas agrupadas y otras repartidas por todo él.
Determinadas lesiones del mismo lo dañan y nos meten en coma. Eso sucede con frecuencia si sufrimos grandes traumatismos craneales, si hay sangrado por rotura de un vaso en el cerebro, o edema en el mismo de posibles múltiples orígenes, como puede ser la existencia de un tumor que bloquea sus canales, o que produce exceso de líquido cefalorraquídeo. O subidas bruscas y elevadas de la tensión arterial.
Tipos de coma
Coma ligero: El paciente presenta afectación de la conciencia en un grado más avanzado que en el estupor profundo. Pierde el control de esfíteres y existen muy pocos cambios respiratorios en relación al estupor profundo.
Coma moderado: Todas las funciones se afectan más (conciencia-motilidad-sensibilidad); vemos que el paciente tiene menos actividad motora que en el coma ligero; los trastornos respiratorios son más acentuados(ya hay polipnea, Cheyne-stokes y presenta trastornos ventilatorios de importancia). No hay control de esfinteres aunque hay respuesta a estímulos dolorosos. hay reflejo corneal y actividad fotomotora adecuada.
Coma profundo: Estado donde el paciente no responde a ningún estímulo: reflejo corneal abolido, pupilas inactivas. Hay trastornos respiratorios muy severos, con apneas prolongadas, elementos bulboplégicos, aumento de la TA, arritmias cardiacas, etc.
Causas
Muchos tipos de problemas pueden provocar un coma. Algunos ejemplos son:
Lesiones cerebrales traumáticas. Estas a menudo son causadas por accidentes de tránsito o actos de violencia.
Accidente cerebrovascular. La irrigación disminuida o interrumpida de sangre al cerebro (accidente cerebrovascular) puede ser el resultado de arterias bloqueadas o el estallido de un vaso sanguíneo.
Tumores. Los tumores en el cerebro o en el tronco encefálico pueden producir un coma.
Diabetes. El aumento muy marcado (hiperglucemia) o la disminución muy pronunciada (hipoglucemia) de los niveles de glucosa sanguínea pueden provocar un coma.
Falta de oxígeno. Las personas rescatadas de un ahogamiento o aquellas a las que se las resucitó después de un ataque cardíaco pueden no despertar debido a la falta de oxígeno en el cerebro.
Infecciones. Las infecciones como la encefalitis o la meningitis causan hinchazón del cerebro, la médula espinal o los tejidos que rodean el cerebro. Los casos graves de estas infecciones pueden provocar daño cerebral o un coma.
Convulsiones. Las convulsiones continuas pueden provocar un coma.
Toxinas. La exposición a toxinas, como monóxido de carbono o plomo, pueden causar daño cerebral y un coma.
Drogas ilícitas y alcohol. Las sobredosis de drogas ilícitas o alcohol pueden provocar un coma.
Cómo se siente una persona que está en coma: lo que dice la ciencia
Para que la ciencia pueda entender cómo se siente un paciente comatoso, es necesario monitorizar una serie de parámetros esenciales. Por ejemplo, el metabolismo de la masa gris en los pacientes con un coma de origen hipóxico es el 50-70% del normal: no es nulo, pero sí que disminuye significativamente.
Si el metabolismo cerebral general despiertos es de un 100%, en un estado de sueño profundo disminuye a un 60% y en un coma a un 50%, valor ligeramente mayor que el de un paciente bajo anestesia general (40%). De todas formas, muchos estudios han demostrado que el nivel de consciencia se correlaciona pobremente con el metabolismo del cerebro, así que parece que este parámetro no va a darnos la respuesta.
A un paciente en coma se le pueden cuantificar las respuestas cerebrales mediante diversas técnicas sofisticadas, a pesar de que no pueda hablar. Por ejemplo, el artículo científico Semantic processing in a coma patient (2005) trata de explorar las respuestas eléctricas del cerebro en un paciente comatoso en el día 6 y 22 de su estado. Curiosamente, existió una diferencia significativa en la reacción cerebral entre la emisión de palabras desconocidas y conocidas por parte del paciente. Esto podría evidenciar que las personas comatosas tienen cierto conocimiento semántico.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la exploración neurológica, donde mediante una serie de maniobras de estimulación sencilla se puede establecer el grado de nivel de conciencia.
Para conocer la causa el médico puede indicar pruebas como EKG (infarto grave), analítica con tóxicos, pruebas de neuroimagen (lesiones cerebrales). El EEG (registro de la actividad cerebral) es útil durante la evolución del coma para distinguir otros estados como la muerte encefálica donde no existe ningún tipo de trazado eléctrico.
Pronóstico
La evolución del coma puede ser hacia un estado vegetativo idéntico al coma pero en el que sí se producen movimientos espontáneos de ojos, o a un estado de mínima conciencia en el que el paciente puede llegar a seguir a alguien con la mirada o responder instrucciones muy básicas, a un empeoramiento y complicaciones que conllevan al fallecimiento o a su recuperación.
Patrones de recuperación tras una lesión cerebral grave
Cuando se trata de daño cerebral, cada paciente es un mundo: algunas personas salen rápidamente del coma y permanecen brevemente en el estado de mínima conciencia antes de recuperar un nivel superior de percepción con alteraciones leves.
Otros pacientes pueden tener un período más largo en el estado de mínima conciencia tras salir del estado vegetativo y después, en la mayoría de los casos, tienen un mayor grado de deterioro a largo plazo.
Existe un mínimo porcentaje de casos en comparación con los anteriores de lesiones neurológicas graves en los que las personas permanecen en estado vegetativo o de mínima conciencia durante un largo periodo de tiempo, y solo en casos muy raros, esta condición se vuelve permanente.
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