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Acné

El acné, cuyo nombre deriva de la palabra griega akme, que significa «eflorescencia», es una de las enfermedades dermatológicas más frecuentes, hasta el punto de considerarse que, al menos en la raza blanca, no hay nadie que no haya tenido durante la pubertad y adolescencia alguna manifestación acneica. En el presente trabajo se aborda la etiopatogenia, las manifestaciones clínicas y el tratamiento del acné.

Las causas del acné son:

  1. El acné se puede clasificar por grado de severidad, del leve al muy severo o por tipo de lesión (comedones –granos de color rojizo-, pápulas –muchos comedones inflamados-, atrófico –deja oquedades y cicatrices-, comedones de gran tamaño o acné conglobata, quístico –comedones, pápulas y/o pústulas-, queloideo –cicatrices residuales de gran tamaño-).
  2. El acné puede presentarse a cualquier edad, desde el nacimiento hasta la edad adulta. El más habitual y persistente es el acné preadolescente, que aparece entre los 9 y los 11 años de edad y afecta, sobre todo, a la zona T de la cara –frente, nariz y mentón- pero a medida que se avanza en el desarrollo también puede aparecer en pecho, hombros y espalda-; y el premenstrual que es causado por las alteraciones hormonales del ciclo menstrual en las mujeres.
  3. También existen razones ambientales y ocupacionales para la aparición del acné como la variante severa que se puede sufrir en las regiones tropicales; el acné cosmético por el uso de productos que obstruyen los poros o por no desmaquillarse con regularidad; o el acné ocupacional por manipulación o contacto con hidrocarburos o aceites minerales.
  4. El acné se debe a una interacción de las hormonas, el sebo y las bacterias que da lugar a una inflamación de los folículos pilosos (los poros de la piel donde crece el pelo). El acné se caracteriza por muchos tipos de anomalías cutáneas (lesiones). Varían en tamaño y gravedad, y algunos penetran más profundamente en la piel que otros:
  • Puntos negros (comedones abiertos)
  • Puntos blancos (comedones cerrados)
  • Espinillas (comedones cerrados inflamados)
  • Lesiones elevadas sólidas (pápulas)
  • Protuberancias superficiales que contienen pus (pústulas)
  • Protuberancias más profundas y firmes que contienen pus (nódulos)
  • Vesículas más grandes que contienen pus (quistes)
  • A veces, vesículas incluso más grandes y profundas que contienen pus (abscesos)
  • Tanto los quistes como los abscesos son depósitos de pus, pero los abscesos son más grandes y profundos.

 

Mitos sobre el acné

  • Existen algunos mitos sobre los factores que provocan el acné. De todos modos, algunas personas constatan que tienen más y peores episodios de acné cuando comen un exceso de determinado tipo de alimentos. Si te encuentras entre estas personas, merece la pena que intentes eliminar esos alimentos de tu dieta para comprobar qué ocurre.
  • El estrés no suele ser la causa del acné (aunque puede empeorar un acné preexistente porque el estrés incrementa la producción de sebo).
  • También existen mitos sobre los factores que permiten mejorar el acné. El acné no mejora con la exposición solar. Aunque el bronceado puede disimular el acné de forma temporal, no ayuda a que desaparezca de forma permanente. Además, algunas personas constatan que la grasa que segrega la piel después de exponerse al sol empeora sus granos.
  • Existen muchas lociones y cremas de venta sin receta médica que contienen ácido salicílico o peróxido de benzoilo, que ayudan a prevenir y a tratar el acné. Puedes experimentar con estos productos para ver si te ayudan. Asegúrate de seguir exactamente sus instrucciones de uso: no utilices más cantidad de la indicada en cada aplicación (tu piel podría resecarse demasiado, lo que la estropearía y te haría tener peor aspecto) y, antes de aplicarte el producto, sigue las indicaciones correspondientes para ver si eres alérgico.

Síntomas

La mayor parte del acné aparece en la cara, pero también es frecuente en el cuello, los hombros, la espalda y la parte superior del tórax. Generalmente, el uso de esteroides anabolizantes causa acné en los hombros y la parte superior de la espalda.

Hay tres niveles de gravedad del acné:

  1. Acné leve
  2. Acné moderado
  3. Acné grave

Sin embargo, incluso el acné moderado puede ser angustioso, sobre todo en los adolescentes, para quienes cada grano representa un desafío estético.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento para el acné depende de la extensión de la enfermedad y de la gravedad de las lesiones. Los especialistas aconsejan iniciar un tratamiento de forma temprana para intentar evitar las posibles cicatrices. El tratamiento puede ser a base de medicamentos y/o cremas, pero también se puede recurrir al láser para cicatrices de acné.

 

Manifestaciones clínicas

Las lesiones del acné se localizan en las zonas donde las glándulas sebáceas son más numerosas, a excepción del cuero cabelludo, apareciendo por tanto en el rostro y en menor proporción en espalda, hombros y pecho.

El cuadro clínico está constituido por diferentes tipos de lesiones acneicas: seborrea, comedones, pápulas, pústulas, nódulos, quistes y cicatrices. En el acné vulgar, también llamado polimorfo, pueden coexistir todas ellas.

  1. Seborrea: Es un exceso de secreción sebácea, localizado en las zonas electivamente seborreicas (zona centrofacial y mediotorácica). La piel aparece brillante, untuosa, con dilatación aparente del orificio de salida del folículo pilosebáceo.
  2. Comedón: Es la lesión más característica del acné. La obstrucción del canal folicular que atrapa sebo da lugar a los comedones, que pueden ser de dos tipos: abierto o cerrado. El comedón cerrado es una pequeña elevación de la superficie de la piel, dura y de color blanquecino amarillento. El comedón abierto, vulgarmente llamado espinilla, puede aparecer plano o como una pequeña elevación dura y de color negro. A partir del comedón cerrado, debido a una salida de los lípidos del sebo a través del folículo y a una colonización de P. acnes se producen lesiones inflamatorias (pápulas, pústulas, nódulos y quistes). El comedón abierto, a no ser que se manipule, no suele dar lugar a lesiones inflamatorias.
  3. Las lesiones del acné se localizan en las zonas donde las glándulas sebáceas son más numerosas, a excepción del cuero cabelludo
  4. Pápula: El comedón adquiere carácter inflamatorio, enrojece, y aumenta de tamaño quedando una zona eritematosa, sobre elevada, de un tamaño de entre 1 y 4 mm, generalmente dolorosa.
  5. Pústula: Se trata de una lesión evolutiva de la pápula. Es una elevación de la piel, de contenido purulento y profundidad variable que se acompaña de escozor y dolor.
  6. Nódulo: Es una pápula dolorosa, infiltrada, profunda y recubierta por piel normal. Es responsable de la mayoría de cicatrices.
  7. Quiste: Es una elevación de la superficie de la piel sana, de tamaño variable, formada a partir de una dilatación anormal de la unidad sebácea. En ocasiones sufre episodios inflamatorios, volviéndose eritematosa.
  8. Cicatriz: Lesión residual consecuencia de la destrucción de la piel, que puede ser atrófica (depresiones superficiales, inicialmente eritematosas, y después del color normal de la piel) hipertrófica o queloidea.
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