Tortícolis
La tortícolis se caracteriza por ser una lesión del cuello que provoca la inclinación o rotación de la cabeza hacia un lado. Esta lesión se da en forma de contractura o distonía mantenida provocando una postura antálgica de la cabeza para protegerse del dolor, ya que aparecerá al rotar o inclinar la cabeza. El principal musculo afectado son los esternocleidomastoideos (ECOM) que realiza rotación contralateral y lateroflexión del mismo lado. Mientras que el trapecio, escalenos y angular de la escápula también se pueden ver afectados.
Síntomas
Las contracciones musculares que se sufren con la distonía cervical pueden provocar que la cabeza se tuerza en una gran variedad de direcciones, como:
Mentón hacia el hombro
Oreja hacia el hombro
Mentón hacia arriba
Mentón hacia abajo
El tipo de torsión más frecuentemente asociado con la distonía cervical es la del mentón hacia el hombro. Algunas personas presentan una combinación de posturas anormales de la cabeza. También pueden sufrir movimientos espasmódicos de la cabeza.
Además, muchas personas con distonía cervical tienen dolor de cuello que puede irradiarse a los hombros. El trastorno también puede causar dolores de cabeza. En algunos casos, el dolor de la distonía cervical puede resultar extenuante e incapacitante.
¿Qué causa la tortícolis?
Muchos niños se quejan de que les duele el cuello después de cosas como quedarse a dormir en otra casa o hacer la siesta en el sofá. Esto se debe a que, cuando dormimos en una postura nueva o incómoda, los músculos y ligamentos del cuello y/o de la columna vertebral se pueden cambiar de posición, lo que provoca dolorosos tirones musculares y/o distensiones de ligamentos.
Algunos niños también pueden desarrollar una tortícolis cuando contraen resfriados o infecciones de garganta (como la mononucleosis o la amigdalitis estreptocócica), debido al dolor provocado por una inflamación dolorosa de los ganglios linfáticos del cuello. Y las lesiones en el cuello (o cualquier otra cosa que afecte o provoque molestias en el cuello) también pueden hacer que sus músculos se tensen.
Tipos de tortícolis
Hay varios tipos diferentes de tortícolis:
Tortícolis temporal: Solo afectará a una persona durante 1-2 días antes de desaparecer. Por lo general basta con descansar. Puede que no sera necesario ningún tratamiento médico específico. Puede ocurrir si los ganglios linfáticos se inflaman después de una infección o un resfriado, o si una persona tiene una lesión en el cuello que hace que las articulaciones entre los huesos del cuello se inflamen.
Tortícolis fija: Se produce debido a un problema subyacente con los músculos o la estructura ósea de una persona. También puede desarrollarse si un tumor está creciendo en la médula espinal, ejerciendo presión sobre los nervios en el área.
Tortícolis muscular: Es la forma más común de tortícolis fija. Ocurre cuando los músculos de un lado del cuello están particularmente tensos o cuando el tejido cicatrizado afecta la movilidad.
Síndrome de Klippel-Feil: Es una afección congénita. Se desarrolla cuando los huesos del cuello no crecen correctamente y el cuello se tuerce.
Distonía cervica o tortícolis espasmódica: Es la forma más rara de la enfermedad. Causa espasmos en los músculos del cuello. Las personas con distonía cervical experimentan episodios dolorosos en los que los músculos del cuello se contraen y la cabeza se tuerce hacia un lado, hacia adelante o hacia atrás.
Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica realizará un examen físico. El examen puede mostrar:
Que la cabeza está rotada, ladeada o inclinada hacia adelante o hacia atrás. En casos graves, toda la cabeza está desplazada y doblada hacia un lado.
Músculos del cuello más cortos o más largos.
Los exámenes que se pueden hacer incluyen:
Radiografía del cuello
Tomografía computarizada de la cabeza y el cuello
Electromiografía (EMG) para ver cuáles músculos están más afectados
Resonancia magnética de la cabeza y el cuello
Exámenes de sangre para buscar afecciones médicas que estén asociadas con la tortícolis
Tratamiento
La tortícolis suele ser un proceso autolimitado, es decir, dura un tiempo dependiendo del grado de lesión. Sin embargo, el tratamiento farmacológico con relajantes musculares, podría reducir el nivel de contractura muscular, acelerando la recuperación.
La fisioterapia también ha demostrado ser de gran utilidad en el tratamiento de la tortícolis con masajes, calor y estiramientos y en casos más agudos realizando una punción seca eléctrica (P-BOT) de los PGM (puntos gatillo miofasciales) de los músculos afectados.
No forzar los músculos, no usar collarín ni ningún estabilizador del cuello y evaluar una posible deficiencia de magnesio en el organismo son consejos para tener en cuenta en el manejo clínico.
¿Se puede prevenir?
No hay una manera definitiva de prevenirla pero es recomendable evitar malas posturas, sobre todo a la hora de dormir o realizar ciertas actividades cotidianas.
También cabe destacar algunas técnicas de relajación o estiramientos en la zona cervical, que pueden reducir las probabilidades de padecer tortícolis.
Finalmente, una pronta detección puede evitar que empeore.
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