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Artrosis

enero 27, 2021by Eiler F Bustamante

¿Qué es la artrosis?

La artrosis es una patología reumática que lesiona el cartílago articular.

Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten el movimiento y, por tanto, nuestra autonomía funcional y están formadas por la unión de dos huesos a través de la cápsula articular. En el interior de las mismas existe, generalmente, un fluido llamado líquido sinovial que es producido por la membrana sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la articulación están recubiertos por el cartílago articular.

Cuando este cartílago articular se lesiona, se produce dolor, rigidez e incapacidad funcional. Normalmente la artrosis se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.

Síntomas

  1. Astenia crónica
  2. Dificultad respiratoria. Disnea
  3. Dolor
  4. Edemas
  5. Fiebre
  6. Pérdida de peso
  7. Trastornos del estado del ánimo
  8. Enfermedades que tratamos
  9. Síndrome metabólico
  10. Diabetes mellitus tipo 1
  11. Diabetes mellitus tipo 2
  12. Fibromialgia
  13. Hiperglicemias
  14. Hipertensión arterial

Causas

Normalmente, el cartílago reduce el grado de fricción de las articulaciones y las protege del desgaste incluso después de años de uso habitual, sobreutilización o traumatismos. La artrosis se produce con mayor frecuencia por un daño tisular. En un intento del organismo por reparar una articulación dañada, se acumulan sustancias químicas en la articulación y aumenta la producción de los componentes del cartílago, como el colágeno (una proteína resistente y fibrosa del tejido conjuntivo) y los proteoglicanos (sustancias que proporcionan elasticidad). A continuación, el cartílago se hincha debido a la retención de líquido, con lo que se ablanda y se producen grietas en su superficie. Se forman pequeñas cavidades en el hueso situado debajo del cartílago, debilitándolo.

 

Diagnóstico

  • Existen algunas pruebas que ayudan al especialista a completar el estudio. Mediante una radiografía el médico puede distinguir los osteofitos, el pinzamiento del cartílago, las geodas subcondrales y la disminución asimétrica del espacio articular, síntomas claros de la artrosis.
  • Otras pruebas que se pueden utilizar en casos excepcionales son la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética cuando el médico tenga dudas sobre el origen del proceso o esté estudiando de forma complementaria otros problemas, como una extrusión discal en una espondiloartrosis o la rotura meniscal en una gonartrosis.
  • Por último, la ecografía de alta resolución se ha incorporado como una herramienta diagnóstica muy eficaz porque revela las partes blandas que rodean la articulación, así como si hay inflamación o lesión en alguna de ellas y distinguir si el perfil del hueso se está alterando.

Tratamiento

1.- Mantenga un peso corporal correcto:  La obesidad es una de las causas de la enfermedad, y además hace que esta progrese más rápidamente. Si está ud obeso o con sobrepeso, inicie algún programa dietético que le haga adelgazar; su médico puede ayudarle en este aspecto. No son necesarias dietas especiales, ni existen alimentos completamente prohibidos en esta enfermedad. Una dieta baja en calorías es suficiente

2.- Calor y frío: En general, el calor es más beneficioso en la artrosis. Se puede aplicar de forma casera, con la esterilla eléctrica o la bolsa de agua caliente colocadas sobre la articulación dolorosa. Alivian el dolor y relajan la musculatura. En ocasiones, la articulación artrósica puede tener un intenso brote inflamatorio y, en esas ocasiones, es útil aplicar frío local mediante bolsas de hielo o baños fríos.

3.- Medicación: Se dispone de muchos tipos de medicamentos que pueden ser beneficiosos en esta enfermedad. Existen analgésicos, antinflamatorios, geles y cremas, infiltraciones locales y fármacos que pueden evitar la progresión de la artrosis. Sin embargo, ha de ser su médico o reumatólogo el que decida, en cada momento de la evolución, cual es el adecuado para usted. No se automedique. Las terapias llamadas alternativas -como la acupuntura, osteopatía, hierbas..- no han demostrado su eficacia científicamente, pero si desea emplearlas, consulte antes a su médico para evitar problemas.

4.- Hábitos posturales: Duerma en cama plana. Evite sentarse en sillones o sofás hundidos, y use sillas con respaldo recto, donde sus caderas y rodillas mantengan una posición natural y sus pies estén en contacto con el suelo.

5.- Ejercicio: El ejercicio protege la articulación y aumenta la fuerza de nuestros músculos. Disminuir al máximo la movilidad, hace que la persona artrósica se convierta en dependiente de los demás. Es bueno caminar, ir en bicicleta y practicar la natación, pero los deportes de contacto o de gran sobrecarga física son menos recomendables. Existen también ejercicios específicos para cada articulación que esté afectada por la enfermedad; solicítelos a su médico o reumatólogo, y hágalos diariamente.

6.- Reposo: No es contradictorio con el punto anterior. La artrosis es una enfermedad que cursa con periodos intermitentes de dolor, y durante las fases con mayor dolor el reposo relativo es beneficioso. También es bueno intercalar pequeños periodos de reposo durante las actividades de la vida diaria.

7.- Evite sobrecargar las articulaciones: No coja pesos excesivos, procure no caminar por terrenos irregulares y no estar de pie excesivamente sin descansar. Use un carrito para llevar las compras. Si padece artrosis de rodilla o cadera, el empleo de un bastón para caminar disminuye la sobrecarga de esas articulaciones.

8.- Calzado adecuado: Si tiene usted artrosis lumbar, de caderas o de rodillas, debe emplear un calzado de suela gruesa que absorba la fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. Esto también puede conseguirse con plantillas o taloneras de silicona que se colocan en el zapato. No use zapatos con tacón excesivo. Es preferible emplear zapato plano o con un ligero tacón.

9.- Balnearios: Los balnearios aplican aguas mineromedicinales, generalmente termales, para el tratamiento de la artrosis. Con ello consiguen mejorar el dolor y relajar la musculatura contractura da. Los llamados centros SPA (salud por el agua) realizan tratamientos estéticos y de relax mediante el uso de agua que, sin embargo, no tiene características mineromedicinales como la de los balnearios. Ambas formas pueden ser útiles en la artrosis.

10.- Mantenga una actitud positiva: La artrosis, a pesar de todo, permite mantener una vida personal y familiar completa, con muy escasas limitaciones. En los casos más avanzados y de peor evolución, existen tratamientos quirúrgicos que pueden solucionar el problema. La artrosis per se no afecta la vida y los progresos en su investigación y tratamiento son continuos.

 

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