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Cura de heridas

febrero 22, 2021by Eiler F Bustamante

Cura de heridas

La herida es una pérdida de la integridad de los tejidos blandos, producida por agentes externos, como un cuchillo, o por agentes internos, como un hueso fracturado. La pérdida del ambiente estéril del interior hace que pueda producirse una infección.

 Estructura de la piel

La piel cubre casi la totalidad de la superficie corporal. Se caracteriza porque es elástica, se regenera por sí misma y es casi totalmente permeable. Presenta las funciones de: protección externa, percepción sensorial, termorregulación y secreción.

Clasificación de las heridas

Heridas agudas

Se caracterizan por la curación completa en el tiempo previsto y por no presentar complicaciones.

Hay diferentes tipos de heridas agudas:

Heridas cortantes o incisas

Producidas por objetos afilados como latas, vidrios, cuchillos o bisturí, que pueden seccionar músculos, tendones y nervios. Los bordes de las heridas son limpios y lineales; la hemorragia puede ser escasa, moderada o abundante, dependiendo de la ubicación, número y calibre de los vasos seccionados.

Heridas punzantes

Se producen por objetos puntiagudos, como clavos, agujas, anzuelos o mordeduras de serpientes. La lesión es dolorosa, pero la hemorragia suele ser escasa y el orificio de entrada es poco aparente. Se considera la más peligrosa porque suele ser profunda, haber perforado vísceras y provocar hemorragias internas, teniendo en este caso mayor peligro de infección porque no hay acción de limpieza producida por la salida de sangre al exterior. El tétanos es una de las complicaciones de este tipo de heridas.

Heridas avulsivas

Son aquellas donde se separa y se rasga el tejido del cuerpo del paciente. Una herida cortante o lacerada puede convertirse en avulsiva. Se caracteriza por el sangrado abundante. Como ejemplo, se puede citar la mordedura de perro.

 Magulladuras

Son heridas cerradas producidas por golpes. Se presentan como una mancha de color morado.

Heridas crónicas

Se caracterizan por mantener retraso en el tiempo de curación y la ausencia de crecimiento de los tejidos. Se asocian a una excesiva inflamación y/o pobre perfusión de oxígeno. A veces, pueden aparecer enfermedades concomitantes.

Las heridas crónicas más frecuentes son las úlceras por presión

Es un área de la piel que se destruye cuando una persona permanece en una única posición por mucho tiempo sin desplazar el peso. Frecuentemente sucede cuando una persona está postrada a una silla de ruedas o a una cama, aunque sea por un corto período (p. ej., después de una intervención quirúrgica o una lesión). La presión constante sobre la piel produce una disminución en el aporte sanguíneo hacia esa área y el tejido afectado muere.

Una úlcera de presión comienza con un enrojecimiento de la piel, pero empeora progresivamente formando una ampolla, luego una llaga y finalmente un cráter. Los lugares más comunes donde se presentan las úlceras de presión son las prominencias óseas (huesos cercanos a la piel), como en los codos, talones, caderas, tobillos, hombros, espalda y parte posterior de la cabeza.

De todos modos, los médicos no siempre cierran las heridas inmediatamente. Si existe la posibilidad de que la herida esté contaminada, la dejarán abierta para poder limpiarla bien (por ejemplo, si se trata de la mordedura de un animal). Si se cerrara una herida contaminada, se podrían retener las bacterias en su interior, lo que podría conducir a una infección. Cuando los médicos están seguros de que no quedan bacterias ni otras sustancias contaminantes dentro de la herida, la cerrarán con puntos, cinta o grapas.

 

A veces, los médicos consideran que es mejor no coser algunas heridas. Si una persona ha perdido mucho tejido (por ejemplo, después de tener un accidente grave), suele ayudar dejar la herida abierta para que se vaya curando a través del proceso natural de cicatrización.

Ciertos factores pueden impedir que las heridas sanen o retardan el proceso, tales como:

  1. Una infección puede hacer que una herida sea más grande y que tarde más en sanar.
  2. Las personas con diabetes son propensas a tener heridas, denominadas también heridas crónicas.
  3. Mala circulación debido a las arterias obstruidas (arterioesclerosis) o afecciones como venas varicosas.
  4. La obesidad aumenta el riesgo de infección después de la cirugía. Tener sobrepeso también puede ejercer tensión en los puntos de sutura, lo cual puede provocar que se abran.
  5. En general, los adultos mayores sanan más lentamente que los jóvenes.
  6. El consumo excesivo de alcohol puede retardar la curación y aumenta el riesgo de infecciones y complicaciones después de la cirugía.
  7. El estrés puede llevarlo a no dormir lo suficiente, a comer mal y a fumar o beber más, lo que puede interferir con la sanación.
  8. Los medicamentos como corticosteroides, antinflamatorios no esteroides (AINE) y algunos fármacos quimioterapéuticos pueden retrasar la sanación.
  9. El tabaquismo puede retardar la sanación después de la cirugía. También aumenta el riesgo de complicaciones tales como infección y abertura de heridas.
  10. Las heridas que sanan lentamente pueden necesitar cuidados adicionales por parte de su proveedor de atención médica.

Cicatrización de las heridas

La cicatrización de las heridas es un fenómeno fisiológico que comienza con la coagulación sanguínea para después continuar con la activación de los procesos catabólicos de limpieza y seguir con la regeneración de nuevo tejido de relleno (fase anabólica) y finalizar con la estructuración de un nuevo tejido cicatricial.

Por regla general, la curación no cicatrización de una herida consta de tres fases: inflamatoria/exudativa, proliferativa y de diferenciación, maduración o remodelación.

 Fase inflamatoria/exudativa

  • Se detiene la hemorragia por medio de las plaquetas y de la formación de fibrina. Aparecen los primeros signos de defensa del organismo (neutrófilos, macrófagos y linfocitos) con el objetivo de evitar la contaminación de microorganismos.

 Fase proliferativa

  • Predomina la proliferación celular (fibroblastos y colágeno) con el objetivo de que se vuelvan a formar los vasos destruidos y se rellene la zona defectuosa mediante tejidos de granulación.

Fase de diferenciación, maduración o remodelación

  • Se produce una contracción de la herida mediante la transformación del tejido granular en tejido cicatricial. La epitelización cierra el proceso de cicatrización.
  • El proceso de curación de heridas es un proceso activo, dinámico e involuntario en el que las distintas fases que lo componen se superponen en el tiempo, sin poder separar claramente unas de otras.

 

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