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Examen anual para mujeres

Exámenes anuales para mujeres

Sin importar lo rápido que avancen los tratamientos, lo cierto es que la medicina preventiva será siempre la forma más efectiva y barata de mantenerse sano. En enfermedades como el cáncer esto es evidente: la mitad de las muertes se evitarían dejando de fumar, bebiendo con moderación, manteniendo un peso saludable y practicando un poco de ejercicio.

La mamografía sigue siendo la única forma de hacer un cribado masivo de este cáncer tan habitual, pero poco a poco se están cambiando algunos protocolos. Hasta el año pasado, la American Cancer Society recomendaba que las mujeres se sometieran a una mamografía al año a partir de los 40; ahora conmina a llevarlas a cabo a partir de los 45 y solo hasta los 54. A partir de esta edad, los estudios se retrasarían a uno cada dos años, en lugar de continuar con la periodicidad habitual de uno al año que hasta el momento se estaba aconsejando.

Mamografía

La detección temprana del cáncer de mama asegura una curación hasta en el 90% de las afectadas. Para esto, la principal herramienta de diagnóstico es la mamografía, examen que permite estudiar las mamas mediante rayos X, diferenciando densidades de tejidos. De esta forma, pueden pesquisarse tumores malignos pequeños y patologías benignas.

El examen dura alrededor de 20 minutos y puede causar dolor por un par de segundos, ya que para obtener una visión óptima, cada mama debe ser fijada y comprimida. Para minimizar estas posibles molestias, es recomendable realizarlo después de la menstruación.

En ocasiones, especialmente en casos de tejidos mamarios muy densos, este estudio se complementa con una ecotomografía mamaria para un diagnóstico más preciso.

Deben hacérselo todas las mujeres mayores de 40 años y antes de esa edad, las que tengan antecedentes de cáncer mamario en familiares de primer y segundo grado. En estos casos, la recomendación es comenzar con las mamografías anuales 10 años antes de la edad en que desarrollaron el cáncer de mama.

También hay otros factores de riesgo que deben ser ponderados por el médico, quien indicará si es necesario realizar una mamografía antes de los 40 años.

Papanicolau

La citología del cuello uterino fue desarrollada para la detección del cáncer cervicouterino. Consiste en la introducción de una espátula con la que se raspa suavemente la superficie del cuello uterino para recoger células tanto de su parte externa, como del interior del canal cervical. Esto es enviado al laboratorio para un análisis microscópico, que en promedio tarda tres días hábiles.

Densitometría ósea

La osteoporosis es una enfermedad que compromete mayoritariamente a la mujer postmenopáusica. Se presenta de manera silenciosa, alterando la estructura del hueso y haciéndolo más frágil, lo que aumenta el riesgo de fractura frente a golpes o esfuerzos menores.

Para detectar esta patología existe la densitometría ósea, examen que tiene el objetivo de medir la densidad ósea en los huesos. El procedimiento, que no toma más de 20 minutos, es bastante simple e indoloro y, habitualmente, se realiza en columna y caderas porque son zonas frecuentes de fracturas graves en pacientes con osteoporosis.

Los siguientes son los exámenes periódicos necesarios para prevenir o detectar el cáncer en la mujer:

Cáncer del cuello del útero. El primer Papanicolaou debe ser hecho a los 21 años y luego de tener dos exámenes anuales seguidos negativos, puede hacerse cada tres años. Después de los 30 años, el Papanicolaou puede combinarse con la detección del virus papiloma humano (VPH). Si ambos son negativos, las pruebas pueden hacerse cada cinco años. El último Papanicolaou debe hacerse a los 65 años. Si una mujer no tiene útero, por haberse hecho una histerectomía, no necesita hacerse el Papanicolaou.

Cáncer de las mamas. Mientras que el USPSTF recomienda hacer la primera mamografía a los 50 años y hacerlo cada dos años hasta los 74 años, la Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda que el primer examen, si la mujer lo desea, se haga entre los 40 y 44 años y luego anualmente entre las edades de 45 a 54. Después de los 55 años, recomiendan hacerlo cada dos años hasta que el médico lo estime conveniente, considerando el estado general de salud de la mujer.

Cáncer del colon y del recto. Recientemente, el USPSTF ha recomendado que empezando a los 50 años de edad, las personas se hagan alguna de las cuatro pruebas disponibles para encontrar temprano la enfermedad: el examen de sangre oculta en los excrementos (FOBT, por sus siglas en inglés), la colonoscopía, la sigmoidoscopía flexible y la colonografía virtual o por tomografía computarizada.

Cáncer de pulmón. Si la mujer fuma o ha fumado un paquete diario de cigarrillos durante 30 años o dos paquetes durante 15 años, y tiene entre 55 y 80 años, debe hacerse una tomografía axial computarizada de baja dosis de sus pulmones.

Si ya se ha padecido cáncer. Si una mujer tiene historial de algún tipo de cáncer, además de los exámenes recomendados para el seguimiento de su cáncer, ella debe seguirse haciendo los exámenes de detección, anteriormente mencionados, de acuerdo a su edad.

En resumen, si bien es cierto que las recomendaciones son muy importantes para guiar el cuidado de la salud de grandes poblaciones, solo el médico puede determinar el riesgo personal de cáncer de su paciente y determinar, por tanto, los exámenes necesarios y su frecuencia.

¿Qué clase de preguntas me van a hacer?

Primero, tu médico o enfermero preguntarán acerca de tu historia clínica y tus antecedentes familiares.

 

Estas preguntas les permitirán brindarte el cuidado que necesitas; por lo tanto, intenta hablar con la mayor sinceridad posible y de dar la mayor cantidad de información que puedas. Te van a formular preguntas como las siguientes:

¿Cuándo tuviste el último periodo menstrual?

¿Con qué frecuencia tienes los periodos menstruales?

¿Cuánto duran?

¿Alguna vez sangras o manchas entre periodos menstruales?

¿Tienes algún dolor inusual, picazón, o flujo vaginal de la vagina o la vulva?

¿Tienes alguna otra afección?

¿Qué problemas de salud tienen otros integrantes de tu familia?

¿Llevas una vida sexual activa?

(En otras palabras: ¿alguna vez tuviste sexo vaginal, anal u oral?

¿Tienes sexo con hombres, con mujeres o con ambos?

¿Alguna vez el sexo fue doloroso?

¿Sangras durante el sexo o después?

¿Tomas anticonceptivos?

¿Crees que puedes estar cursando un embarazo?

¿Deseas buscar un embarazo?

¿Qué haces para evitar las enfermedades de transmisión sexual?

Tu médico o enfermero también pueden preguntarte sobre el consumo alcohol u otras drogas, si tuviste o tienes alergias o enfermedades, si fumas, y si te sometiste a alguna cirugía. Todos estos factores pueden repercutir en tu salud reproductiva; por lo tanto, habla con sinceridad.

 

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