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Fibrosis pulmonar

agosto 12, 2021by Eiler F Bustamante

Fibrosis pulmonar

Las fibrosis pulmonares constituyen un grupo de enfermedades de evolución generalmente lenta y progresiva, que consisten en la sustitución del pulmón normal por tejido fibroso, como el de una cicatriz. Las consecuencias clínicas son una falta progresiva de aire y de oxígeno en sangre (disnea) y el deterioro progresivo del corazón. Pueden aparecer a cualquier edad, siendo más frecuentes unas edades u otras en función de su causa.

Sintomatología

Los síntomas más frecuentes de la enfermedad son:

Disnea: La sensación de ahogo, en las fases iniciales, aparece con el esfuerzo intenso y según avanza la enfermedad va aumentando hasta llegar a producirse en reposo.

Tos crónica y seca: No suele acompañarse de secreciones.

Cansancio y astenia.

Malestar torácico: Suelen ser molestias inespecíficas en el tórax y la espalda asociadas, frecuentemente, a problemas musculares intercostales producidos por la tos.

Cianosis periférica: Coloración azulada de la piel y de las mucosas por falta de oxigenación.

Dedos en palillo de tambor o acropaquias.

Anorexia.

Pérdida de peso inexplicada.

Edemas en miembros inferiores, manos y/o abdomen: Causado por retención de líquidos.

Causas

La fibrosis pulmonar produce cicatrices y engrosa el tejido que rodea las bolsas de aire (alvéolos) de los pulmones. Esto dificulta el paso del oxígeno al torrente sanguíneo. El daño puede deberse a muchos factores diferentes, incluidos la exposición por un largo plazo a determinadas toxinas, ciertos trastornos médicos, radioterapia y algunos medicamentos.

Factores ocupacionales y ambientales

La exposición por un largo plazo a ciertas toxinas y contaminantes puede dañar tus pulmones. Tales factores incluyen los siguientes:

Harina de sílice

Fibras de asbesto

Polvo de metales duros

Polvo de carbón

Polvo de granos

Excremento de pájaros y animales

Diagnóstico

Tomografía computarizada torácica

En ocasiones, biopsia pulmonar

La radiografía torácica puede mostrar lesiones pulmonares, que se concentran mayoritariamente en la parte inferior de ambos pulmones. La tomografía computarizada (TC), de forma característica, muestra el daño pulmonar y las gruesas cicatrices de tejido fibrosado con mayor detalle. Las pruebas de función pulmonar muestran que la cantidad de aire que los pulmones pueden contener está por debajo de lo normal. Los análisis de sangre (véase Análisis de los gases de la sangre arterial ) o el uso de un oxímetro muestran una baja concentración de oxígeno durante la realización de ejercicios mínimos (marcha a paso normal) y, a medida que la enfermedad avanza, incluso estando en reposo.

Para confirmar el diagnóstico, los médicos pueden realizar una biopsia pulmonar mediante el uso de un toracoscopio .

Los análisis de sangre no permiten confirmar el diagnóstico, pero se realizan porque forman parte de la búsqueda de otras enfermedades que puedan causar un cuadro clínico similar de inflamación y tejido fibroso. Por ejemplo, se pueden solicitar análisis de sangre adicionales para detectar ciertos trastornos autoinmunitarios.

Tratamientos con radiación

Algunas personas que reciben radioterapia para el cáncer de pulmón o de mama presentan signos de daño pulmonar meses y, en ocasiones, años después del tratamiento inicial. La gravedad del daño puede depender de lo siguiente:

La proporción del pulmón que estuvo expuesta a radiación

La cantidad total de radiación administrada

Si se recibió también quimioterapia

La presencia de una enfermedad pulmonar no diagnosticada

Medicamentos

Muchos medicamentos pueden dañar tus pulmones, sobre todo medicamentos como los siguientes:

Medicamentos para quimioterapia. Los medicamentos diseñados para matar células cancerosas, tales como el metotrexato (Trexall, Otrexup y otros) y la ciclofosfamida, también pueden dañar el tejido pulmonar.

Medicamentos para el corazón. Algunos medicamentos que se utilizan para tratar los latidos irregulares del corazón, tales como la amiodarona (Cordarone, Nexterone, Pacerone), pueden dañar el tejido pulmonar.

Algunos antibióticos. Algunos antibióticos, tales como la nitrofurantoína (Macrobid, Macrodantin y otros) o el etambutol, pueden causar daño pulmonar.

Medicamentos antiinflamatorios. Algunos medicamentos antiinflamatorios, tales como rituximab (Rituxan) o sulfasalazina (Azulfidine), pueden causar daño pulmonar.

Prevención

Las causas de esta enfermedad son muy diversas, lo que hace más compleja su prevención. El control de la exposición a sustancias tóxicas en el ámbito laboral puede contribuir a evitar algunos casos. Por otro lado, la vigilancia durante los tratamientos con radioterapia o ciertos fármacos puede ser de gran ayuda.

Asimismo, se pueden tomar medidas generales para mejorar la condición física y manejar los síntomas que se produzcan, como dejar de fumar o realizar ejercicio regularmente.

 

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