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Infección urinaria

diciembre 10, 2020by Eiler F Bustamante

¿Cómo se diagnostica una infección de la vejiga?

Los profesionales de la salud se basan en su historia médica, un examen físico y pruebas para diagnosticar una infección de la vejiga.

Un profesional de la salud le preguntará si tiene antecedentes de problemas de la salud que lo hacen más propenso a cualquier tipo de infección urinaria. Durante el examen físico, el profesional de la salud le preguntará acerca de sus síntomas.

¿Cómo me hago un examen para detectar una infección del tracto urinario?

Tienes que consultar con una enfermera o con un médico para saber con seguridad si tienes una infección de este tipo. Por lo general, se comienza con una charla con el médico o enfermero en la que se analiza tu historia clínica y los síntomas que tienes. También se lleva a cabo una prueba simple llamada “análisis de orina”: todo lo que tienes que hacer es orinar en un vaso; luego, eso se envía al laboratorio para realizar pruebas a fin de detectar alguna bacteria o determinar si hay algún signo de infección.

Las pruebas y procedimientos utilizados para diagnosticar las infecciones urinarias comprenden:

  1. Análisis de una muestra de orina. El médico puede pedirte una muestra de orina para evaluar los niveles de glóbulos blancos y glóbulos rojos o la presencia de bacterias mediante análisis de laboratorio. Para evitar la contaminación potencial de la muestra, te pueden indicar que primero limpies la zona genital con una compresa antiséptica y recojas la orina en la mitad de su curso.
  2. Cultivo de las bacterias de las vías urinarias en un laboratorio. Después de los análisis de laboratorio, a veces se realiza un cultivo de orina. Este análisis le revela al médico qué bacterias están causando la infección y qué medicamentos serán los más efectivos.
  3. Creación de imágenes de las vías urinarias. Si el médico piensa que las infecciones que has tenido con frecuencia pueden ser causadas por una anormalidad en las vías urinarias, puede pedirte una ecografía, una exploración por tomografía computarizada o una resonancia magnética. Para estos procedimientos, también es probable que utilicen un tinte de contraste para resaltar las estructuras de las vías urinarias.
  4. Uso de un endoscopio para observar el interior de la vejiga. Si tienes infecciones urinarias recurrentes, el médico puede realizar una cistoscopia usando un tubo largo y delgado provisto de una lente (cistoscopio) para ver dentro de la uretra y la vejiga. El cistoscopio se introduce en la uretra y pasa hasta la vejiga.

Clasificación de las infecciones urinarias

Las infecciones urinarias se pueden clasificar en función de su evolución y la coexistencia de factores de riesgo, o de su localización anatómica concreta en el tracto urinario.

  • No complicada: las que ocurren en mujeres sanas no gestantes con síntomas de vía urinaria baja (cistitis: disuria, polaquiuria, urgencia miccional, dolor suprapúbico), o de vía urinaria alta (pielonefritis: fiebre, dolor en fosa renal, puñopercusión positiva). Pueden ser esporádicas o recurrentes.
  • Complicada: ITU en pacientes que presentan alguna de las condiciones que determinan mayor riesgo de evolución desfavorable. Son las que ocurren en mujeres gestantes, hombres, obstrucción, inmunosuprimidos, insuficiencia renal, trasplante renal, uropatía obstructiva de causa neurológica, personas con factores de riesgo de ITU recurrente o persistente (litiasis, sondaje vesical, talla vesical, nefrostomías u otros tipos de drenaje de la vía urinaria).
  • Asociada a catéter: ITU en presencia de catéter urinario permanente, sin evidencia de otras fuentes de infección. Se define por ≥ 103 UFC/mL en una muestra de orina de catéter, o en muestra de orina obtenida 48h después de retirado el catéter.
  • Recurrente: recurrencias de ITU (no complicada o complicada), con una frecuencia de = 3 ITUs/año ó = 2 ITUs en los últimos 6m.
  • Urosepsis: disfunción orgánica que causa riesgo vital debido a una ITU.

¿Se pueden detectar y tratar las infecciones urinarias?

  • Estas infecciones pueden diagnosticarse con un simple análisis de orina, y se tratan con antibióticos. El tipo, la dosis y la duración del tratamiento de una infección del tracto urinario depende de cuál es la causa de la infección y de tu historia clínica.
  • La mayoría de estas infecciones son fáciles de tratar. El tratamiento para las infecciones del tracto urinario generalmente incluye antibióticos, que acaban con ella. Si quieres, también puedes tomar analgésicos de venta libre.
  • Los antibióticos suelen ser rápidos y efectivos: la mayoría de los síntomas desaparecen en el primer o segundo día de tomar el medicamento. De cualquier modo, asegúrate de terminar todo el tratamiento indicado, incluso si los síntomas desaparecen. Si interrumpes el tratamiento de la infección del tracto urinario antes de tiempo, es posible que esta permanezca en el cuerpo o que reaparezca
  • Si los síntomas no se van después de algunos días o si tienes infecciones más graves en lugares como la próstata o en el riñón, tu doctora o enfermero puede recomendar que te hagas más pruebas, cambiar el medicamento o remitirte a un especialista.
  • Generalmente la presentación clínica es suficiente para establecer un diagnóstico, aunque puede ser corroborado mediante tira reactiva de orina (positividad de nitritos, leucocitos o sangre). Conviene recordar que la presencia de nitritos positivos en la orina se debe a la presencia de bacterias gram negativas, que transforman los nitratos urinarios en nitritos. Por tanto, una tira reactiva negativa en nitritos no indica ausencia de bacterias gram positivas como Estafilococos o Estreptococos.

 

  • No se precisa urocultivo, salvo en los casos dudosos, con síntomas atípicos, si se sospecha pielonefritis, o en aquellos que presenten mala respuesta al tratamiento (no se resuelven o recurren dentro de las 4 semanas de finalizado el tratamiento). En urocultivo, un contaje de ≥ 103 UFC/mL de un uropatógeno en orina evacuada confirmará microbiológicamente la infección. En estos casos es conveniente realizar una prueba de imagen, como la ecografía renal y de vías urinarias.

Como tratamiento empírico de cistitis no complicada se recomienda:

  • Fosfomicina trometamol 3g en dosis única.
  • Nitrofurantoína 100 mg c/12h x 5 días.
  • Pivmecilinam (autorizado, pero no comercializado en España) 200mg c/8h x 3-5 días.
  • 2º Opción: Si la tasa local de resistencia de E coli es <20% a cotrimoxazol, se pueden utilizar:
  • Cotrimoxazol 160/800 mg c/12h x 3 días.
  • Trimetoprim 200 mg c/12h x 5 días.
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