¿Qué es la intoxicación alimentaria?
Las enfermedades transmitidas por los alimentos, comúnmente conocidas como intoxicación alimentaria, son el resultado de ingerir comida contaminada, descompuesta o tóxica. Los síntomas más comunes de la intoxicación alimentaria incluyen náusea, vómitos y diarrea.
Síntomas
Los síntomas de intoxicación alimentaria varían según el origen de la contaminación. En la mayoría de los tipos de intoxicación alimentaria se presentan uno o más de los siguientes signos y síntomas:
Náuseas
Vómitos
Diarrea líquida o con sangre
Dolor y calambres abdominales
Fiebre
Los signos y síntomas pueden comenzar horas después de ingerir el alimento contaminado, o bien pueden comenzar días o incluso semanas después. Las náuseas que genera la intoxicación alimentaria suelen durar entre unas horas y varios días.
Causas
La intoxicación alimentaria puede afectar a una persona o a un grupo de personas que hayan ingerido el mismo alimento. Es más común después de consumir alimentos en comidas al aire libre, cafeterías de escuelas, grandes reuniones sociales o restaurantes.
Cuando los microorganismos ingresan al alimento, se denomina contaminación. Esto puede suceder de diferentes maneras:
La carne de res o de aves puede entrar en contacto con las bacterias normales de los intestinos de un animal que se está procesando.
El agua que se utiliza durante el cultivo o embarque puede contener estiércol o desechos humanos.
El alimento se puede manipular de manera insegura durante la preparación en tiendas de abarrotes, restaurantes o casas.
La intoxicación alimentaria puede ocurrir después de comer o beber:
Cualquier alimento preparado por alguien que no se lave las manos adecuadamente
Cualquier alimento preparado usando utensilios de cocina, tablas de cortar y otras herramientas que no estén totalmente limpias
Productos lácteos o alimentos que contengan mayonesa (como ensalada de col o de papa) que hayan permanecido fuera del refrigerador por mucho tiempo
Alimentos congelados o refrigerados que no se guarden a la temperatura apropiada o que no se recalienten a la temperatura correcta
Pescados u ostras crudas
Frutas o verduras crudas que no se hayan lavado bien
Jugos de verduras o frutas crudas y productos lácteos (busque la palabra “pasteurizado”, lo cual significa que el alimento ha sido tratado para prevenir la contaminación)
Carnes o huevos mal cocidos
Agua proveniente de un pozo o arroyo, o agua de una ciudad o pueblo que no haya sido tratada
Muchos tipos de microorganismos y toxinas pueden causar intoxicación alimentaria, incluyendo:
Enteritis por Campylobacter
Cólera
Enteritis por E coli
Toxinas en pescados o mariscos dañados o en mal estado
Staphylococcus aureus
Salmonela
Shigella
Diagnóstico
La intoxicación alimentaria a menudo se diagnostica a partir de información detallada, como el tiempo que hace que te sientes mal, los síntomas que tienes y los alimentos específicos que consumiste. Además, el médico te hará una exploración física para ver si tienes signos de deshidratación.
Según tus síntomas y tu historial médico, el médico puede realizarte pruebas diagnósticas, como análisis de sangre, cultivo de heces o exámenes para detectar parásitos, a fin de identificar la causa y confirmar el diagnóstico.
Para realizar un análisis de heces, el médico enviará una muestra de heces a un laboratorio, donde un técnico intentará identificar el organismo infeccioso. Si se encuentra un organismo, el médico deberá notificarlo al departamento de salud local para determinar si la intoxicación alimentaria está relacionada con un brote epidémico.
En algunos casos, la causa de la intoxicación alimentaria no se puede determinar.
Algunas personas tienen mayor riesgo
Cualquier persona puede contraer una intoxicación alimentaria, pero algunos grupos de personas tienen más probabilidades de enfermarse y de que su caso sea más grave. Puede que la capacidad de esas personas de combatir los microbios y la enfermedad no sea tan eficaz. Estos grupos incluyen:
Niños menores de 5 años.
Adultos de 65 años o más.
Personas cuyo sistema inmunitario se ha debilitado a causa de una afección o el medicamento que se usa para tratarla, incluidas las personas con diabetes, enfermedad del hígado o los riñones, VIH/sida o cáncer.
Personas embarazadas.
Las personas con más probabilidades de contraer una intoxicación alimentaria no deberían comer lo siguiente:
alimentos crudos o poco cocidos provenientes de animales (como carne de res, cerdo, pollo, pavo, huevos, pescado o mariscos);
germinados crudos o ligeramente cocidos;
leche (cruda) y jugos sin pasteurizar;
queso blando (como el queso fresco), a menos que la etiqueta indique que fue elaborado con leche pasteurizada.
Complicaciones
La complicación grave más frecuente de la intoxicación alimentaria es la deshidratación, una pérdida grave de agua, sales y minerales esenciales. Si eres un adulto sano y bebes lo suficiente como para reemplazar los líquidos que se pierden por la diarrea y los vómitos, la deshidratación no debería ser un problema.
Los bebés, los adultos mayores y las personas que tienen un sistema inmunitario debilitado o enfermedades crónicas podrían tener una deshidratación grave si pierden más líquido del que pueden reemplazar. En este caso, es posible que tengan que ser hospitalizados y recibir líquidos por vía intravenosa. En casos extremos, la deshidratación puede ser mortal.
Algunos tipos de intoxicación alimentaria pueden tener complicaciones graves para ciertas personas. Algunas de ellas son las siguientes:
Infección por listeria. Las complicaciones de una intoxicación alimentaria por listeria pueden ser muy graves para un feto. En las primeras etapas del embarazo, una infección por listeria puede provocar un aborto espontáneo. Más adelante en el embarazo, una infección por listeria puede provocar muerte fetal intraútero, un nacimiento prematuro o una posible infección mortal en el bebé después del nacimiento, incluso si la madre solo estaba levemente enferma. Los bebés que sobreviven a una infección por listeria pueden tener daños neurológicos a largo plazo y un retraso en el desarrollo.
Escherichia coli (E. coli). Ciertas cepas de E. coli pueden causar una complicación grave llamada síndrome urémico hemolítico. Este síndrome daña el recubrimiento de los pequeños vasos sanguíneos de los riñones y, a veces, provoca insuficiencia renal. Los adultos mayores, los niños menores de 5 años y las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado corren un riesgo mayor de desarrollar esta complicación. Si perteneces a una de estas categorías de riesgo, consulta con el médico ante la aparición del primer signo de diarrea aguda o con sangre.
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